Jorge Almirón ha tomado las riendas de Boca Juniors con un enfoque renovado en la solidez defensiva, clave para recuperar el protagonismo del club en el fútbol argentino y sudamericano. Con un esquema táctico basado en el equilibrio entre defensa y ataque, el entrenador ha logrado transformar a Boca en un equipo más compacto y difícil de vulnerar.
Almirón ha trabajado en la organización de una defensa robusta, con una clara coordinación entre los defensores y el mediocampo. Jugadores como Carlos Zambrano y Valentín Barco han asumido roles cruciales dentro de esta estructura defensiva, aportando experiencia y juventud para fortalecer la zaga. Además, el técnico ha dado prioridad a la presión alta y el juego de recuperación para evitar que el equipo se vea expuesto a los contraataques rivales.
El objetivo de Almirón es construir una base defensiva tan sólida que permita a Boca competir por títulos importantes, tanto a nivel nacional como en la Copa Libertadores. La estrategia de mantener una línea defensiva firme y bien posicionada, junto con un ataque más eficiente, le ha dado al equipo una nueva identidad.
El proyecto de Almirón sigue tomando forma y, con cada partido, Boca se acerca más a la idea de ser un equipo completo, preparado para afrontar los desafíos más difíciles en su búsqueda de la gloria
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